PARA CONOCIMIENTO DE TODOS LOS AMANTES DEL TANGO: Ayer estuve en la Feria de Mataderos, donde pasé una tarde más que agradable comiendo empanadas fritas y chipá, todo bien regado con jugo de naranja sin gas y unos buenos mates amargos. Realmente un espectáculo hermoso para gozarlo con la familia en pleno, lo aconsejo de corazón, pero lo que quiero resaltar es el haber descubierto una orquesta de tango de la que jamás escuché hablar y su música magistral resultó en una ovación después de cada canción y la venta de sus CDs. Un éxito tal que se agotaron (los únicos en toda la tarde incluido el mismo Zamba Quipildor, que también actuó) porque la gente se agolpaba contra el escenario para comprarlos, (yo también, con una emoción tan grande y una sorpresa mayúscula que se trasuntaba en los ojos lacrimosos). Todo se inició cuando siete músicos entrados en años, con las cabezas blancas y muchas arrugas (excepto uno más joven), vestidos de negro riguroso y esport, portando sendos bandoneones, (único instrumento de la orquesta) comenzaron a desgranar tangos y valses propios y de la guardia vieja, fue como que la música nos retraía transportándonos a ese pasado de la década del treinta, justo en un barrio tanguero por excelencia, rodeado de edificios de aquel entonces y donde sólo faltaba el olor a las glicinas de los jardines que seguro olíamos también, creo que todos esperábamos la reencarnación del guapo Rivera, del malevo Muñoz, o del tigre Millán, del torito de Mataderos, del tigre Arolas, de Jorge Newbwry y no sé cuantas macanas más. Era la Orquesta Sueño de Bandoneón, del Conservatorio Buenos Aires, que nos movió el esqueleto a todos, incluido un grupo de niñas de no mas de veinte años que se desgañitaron gritando (parecía un chiste), lo que demostró que el tango, esa música celestial argentina, viene incluida en cada argentino que nace aunque no se lo proponga. Si tenés al tango en el corazón buscalos que deben estar en Internet, y provéete de su material es digno de ser escuchado. jc_arena@hotmail.com
PARA CONOCIMIENTO DE TODOS LOS AMANTES DEL TANGO: Ayer estuve en la Feria de Mataderos, donde pasé una tarde más que agradable comiendo empanadas fritas y chipá, todo bien regado con jugo de naranja sin gas y unos buenos mates amargos. Realmente un espectáculo hermoso para gozarlo con la familia en pleno, lo aconsejo de corazón, pero lo que quiero resaltar es el haber descubierto una orquesta de tango de la que jamás escuché hablar y su música magistral resultó en una ovación después de cada canción y la venta de sus CDs. Un éxito tal que se agotaron (los únicos en toda la tarde incluido el mismo Zamba Quipildor, que también actuó) porque la gente se agolpaba contra el escenario para comprarlos, (yo también, con una emoción tan grande y una sorpresa mayúscula que se trasuntaba en los ojos lacrimosos). Todo se inició cuando siete músicos entrados en años, con las cabezas blancas y muchas arrugas (excepto uno más joven), vestidos de negro riguroso y esport, portando sendos bandoneones, (único instrumento de la orquesta) comenzaron a desgranar tangos y valses propios y de la guardia vieja, fue como que la música nos retraía transportándonos a ese pasado de la década del treinta, justo en un barrio tanguero por excelencia, rodeado de edificios de aquel entonces y donde sólo faltaba el olor a las glicinas de los jardines que seguro olíamos también, creo que todos esperábamos la reencarnación del guapo Rivera, del malevo Muñoz, o del tigre Millán, del torito de Mataderos, del tigre Arolas, de Jorge Newbwry y no sé cuantas macanas más. Era la Orquesta Sueño de Bandoneón, del Conservatorio Buenos Aires, que nos movió el esqueleto a todos, incluido un grupo de niñas de no mas de veinte años que se desgañitaron gritando (parecía un chiste), lo que demostró que el tango, esa música celestial argentina, viene incluida en cada argentino que nace aunque no se lo proponga. Si tenés al tango en el corazón buscalos que deben estar en Internet, y provéete de su material es digno de ser escuchado. jc_arena@hotmail.com
ResponderEliminar